Pesar de los pesares



   Sombra negra de raíz clavada en el alma. Estaca podrida hundida en mi corazón.
   Plomo en las venas, sabor amargo, dolor punzante. La mirada hundida, los labios sellados, me arde la vida.
   Noche cerrada, lluvia que hiela, viento que quema, filo que siega: pena.
Pasos perdidos, camino al infierno, llanto en el cielo, perdón al ahorcado, congoja bullendo; amor al pecado, nostalgia del tiempo, destierro al recuerdo, quebranto del llanto, angustia y miedo, mucho miedo.
   Me miro, no te veo, sufro y padezco. Pesar de los pesares, ardo en deseos, me come el recuerdo.
   Vidrio roto, cárcel de pasión, hambre de tu cuerpo, sed de tus besos, antojo de lo hecho: mi boca en tu sexo, en mi lengua el néctar de tu deseo, ebrio de tu fuego. Sueño tu vientre y todo tu cuerpo, me entretengo, dulcemente, en los pezones de tus pechos. Besos viejos, besos tiernos, besos nuevos, aprendidos de repente.
   Emoción primera, frenesí ausente. No te tengo, muero. Llama en la frente, hielo que me abrasa, pasión hiriente, ímpetu desbordado, muero por tenerte.


© Nicanor García Ordiz, 2009.